La arriesgada aventura de abrir la segunda y última jornada del Be Prog My Friend caería en los barceloneses TodoMal. De manera impecable y sin miramientos tiraron abajo todos los cimientos con su poderosísima fórmula que navega entre el doom, el post metal y un stoner algo arenoso. Unos ingredientes estilísticos que con un buen directo es sinónimo de éxito, y así fue. «Silent Mass», lento y opulento, es una precisa carta de presentación que deja entrever parte de las nostálgicas melodías con las que atrapan al oyente. Furia titánica de dos instituciones dentro del metal nacional como son Wildman y Mile, los cabezas pensantes, curtidos en una y mil batallas.







Sin salir del asombro general siguieron con las bajas frecuencias en «High Time» mimetizando todo cuanto había alrededor. Las melodías vocales rozan la epicidad en un ambiente enrarecido por el infernal calor y un sol amenazante. Incluso su bajista, Javier Fernández, avisó del contratiempo con un: «Vamos a morir, ¿Lo sabéis? ¿Verdad?». Pero ningún factor externo fue razón para amilanar ni lo más mínimo semejante masterclass. Todo sonó acompasado y con la cohesión y fortaleza que mandan los cánones.
La tercera bomba sonora, «Ultracrepidarian», procede del primero de sus dos discos hasta la fecha. Despliegan aquí un parsimonioso pal mute, de este que resucita a los muertos y que oscurece todo a su paso. En la tríada final «Infero Tristi», «Antichrist of Love» y «A Greater God» las guitarras y el bajo rugen, parecen forjados en hierro y acero por su sonido metálico y contundente mientras la voz de Wildman destila melancolía y aflicción. Directo de enorme nivel pero que no sorprende tras revisar el contrastado curriculum de sus integrantes.
Procedentes de territorio teutón la superbanda Alkaloid no quitó el freno del acelerador ni un solo segundo. No solo nos maravilló su despliegue técnico sino también la poderosísima voz carrasposa y de ultratumba de Morean, muy escuela escandinava. Nos sorprendió su perfecto español pero todavía más saber directamente por su protagonista que se debió a su estudio universitario del flamenco, un estilo musical del que se declara un fan acérrimo teniendo como profesor al mismísimo Paco Peña.
El eclecticismo de los alemanes fue la tónica general ya desde el comienzo con «Kernel Panic», un tema que empieza suave para desembocar en un death metal técnico empapado de mucho ingrediente melódico. Su virtuosismo es despampanante. «Clusterfuck» mantiene una orientación pareja a lo anterior. Pero aquí la versatilidad vocal es todavía mayor, brillante, combinando guturales poderosos con voces limpias bajo unos riffs afilados que endurecen todavía más si cabe la propuesta.










Será «Alter Magnitudes» quien saque a relucir la vertiente más veloz y old school de su death metal. No hay tregua en estos casi cuatro minutos. Zapatilla a diestro y siniestro sin concesiones. Con el líbido musical por las nubes nos despachan con «Cthulhu», brutalidad suprema no solo por su velocidad sino por el poderío vocal e instrumental, demostrando Morean que es uno de los cantantes/guitarra más interesantes del metal extremo actual.
Después de llevarnos al abismo retrocedieron en el tiempo un par de siglos para interpretar una pieza de Sebastian Bach. Aquí se sacan de la chistera una interpretación ultra virtuosa con Justin Hombach vestido de Michael Romeo tanto en su ejecución como en su presencia física. Estas pruebas de melomanía no hace más que romper los estigmas y estereotipos absurdos que hay generalizadamente hacia el metal extremo…y es que la gran mayoría de músicos de estos géneros beben de diversas y amplias fuentes musicales.
El setlist cerraba con «Qliphosis», «A Fool’s Desire» y «The Fungi from Yuggoth», pertenecientes a su último trabajo, una joya total y uno de los lanzamientos más destacados del 2023. Mención honorífica para «A Fool’s Desire», un tema que sobresale ya desde su introducción y que tiene ese áurea transcendental, de epicidad y riffeo constante. De esta manera se daba por cerrado uno de los shows más destacables de todo el festival. ¡Bestias pardas!
Acariciando la noche invadieron el escenario los impronunciables Dødheimsgard, posiblemente la banda más extraña de todo el cartel. Su black metal que transita desde lo clásico, a lo atmosférico para empantanarse en lo progresivo supuso para los más despistados un sobresalto en toda regla. Y es que la peculiar performance de su líder y vocal recoge vanguardismo y escenografía black con distintos atuendos y rituales. El show se basó en un sinfín de pataletas desde el suelo, revolcones así como interacciones en primera línea con el público. El bueno de Vicotnik es un showman con un carisma interpretativo sin igual. Si no los conoces te dejarán marcado para siempre y si los conoces no te dejarán indiferente.
Todo este despliegue visual no solapó en absoluto la propuesta musical de los noruegos que asaltaron Barcelona con un setlist variado en cuanto a sus etapas. «Et Smelter» abría la lata (y nuestra psique) con un black metal atmosférico y desconcertante, oscuro pero con destellos melódicos. Especialmente en este tema, que tiene una sección final de sintetizador que te noquea, pareces pasar de una agonía black metal a una party discotequera. Acojonantes.






Obviamente ese final se convierte en una bofetada certera al oyente cuando implosiona putrefacción con «Sonar Bliss». Black sucio que vuelve a sorprender con más teclados, en este caso angustiosos. «Aphelion Void» supone un vendaval caótico que aparece apagarse hasta volver a estallar a altas velocidades y con gritos desgarradores. Para los fans clásicos sacaron repertorio de su álbum debut con «Midnattskogen Sorte Kjerne» y «Kludeblest over Evig Isode», black metal sin concesiones que destaca por su crudeza y violencia.
La segunda mitad del show fue en esta línea old school tan solo interrumpido por su cierre con «The Snuff Dreams Are Made Of», experimental y con una base industrial y death y «It Does not Follow», de su último trabajo «Black Medium Current», una obra de arte de black metal progresivo. Sin duda, los noruegos fueron la sorpresa para gran parte del público, desconocedores de su delirante pero elaborado directo.
Los suecos Pain of Salvation, que previamente habían reventado la cola de firmas, eran los grandes atractivos de la segunda jornada del Be Prog. Daniel Gildenlöw y compañía dieron un concierto inconmensurable, perfecto en ejecución y sonido con un extenso repertorio basado en sus dos recientes trabajos («In the Passing Light of Day» y «Panther») dos de sus obras magnas de inicios de siglo: «The Perfect Elements, Part 1» y «Remedy Lane». Los fans estábamos de enhorabuena.
El cansancio de estos dos días se desvaneció de golpe con las primeras notas de «Accelerator». El feeling y la sensibilidad de Daniel Gildenlöw salen a relucir recién comenzada su aparición. El sueco no va a dejar nada dentro de su ser. «Reasons» se podría definir como directa con unas rítmicas tan hipnóticas como indescifrables mostrando el polo opuesto, la otra cara de su música. Metal prog con unas instrumentaciones que en su momento culmen de desarrollo flirtea casi que con el metal extremo.
Conscientes de lo que estaba por venir nos preparamos para corear «Meaningless», un himno internacional dentro del prog moderno. Un imprescindible para toda la comunidad reunida en Barcelona. «Wait» no se iba a quedar atrás. Pura pasión y sentimiento, belleza en su máximo esplendor en unas coordenadas en las que el bueno de Daniel Gildenlöw se mueve a la perfección. ¡Maravilla total!









«Used» y «Beyond the Pale», dos clásicos de su etapa de inicios de los 00s, sirvieron de enlace temporal a un repertorio que continuaría con sus temas más recientes. «Used» que recuerda mucho a Faith No More en su estampado experimental y en sus atípicas fusiones estilísticas y «Beyond the Pale», uno de los culmen creativo de los suecos que en directo alcanza la matrícula de honor. De nuevo resaltamos, aparte del apartado instrumental, el vozarrón de Daniel Gildenlöw, intratable.
La siguiente serie de temas pertenecen como ya anticipamos a sus dos últimos trabajos. Así «Panther», «Restless Boy», «On a Tuesday» e «Icon» confirman el buen estado del que gozan tras más de tres décadas de carretera. «Panther» con aires nu metal en su inicio por sus rapeos evoluciona hacia terrenos más asequibles donde, con el piano de fondo, la parte vocal volvió a sentar cátedra.
Otro destacable fue la interpretación de «On a Tuesday» con un sonido impecable y nítido a la hora de sentir las cuerdas, las teclas y las rítmicas. A los técnicos de sonido y quienes trabajaron con lo acústico hay que reconocerles también su enorme trabajo para que hasta el más imperceptible arreglo se percibiera a la perfección. La segunda mitad de este track fue puro cañón.
Tras la preciosísima «Icon» todos los miembros se marcharon, de repente todo parecía desvanecerse en un silencio sepulcral. Hasta que tras el típico amago de despedida entró el líder supremo de la mano de «Falling» y «The Perfect Element» cantando a capella mientras lentamente y sin acaparar la atención entraron uno a uno el resto de miembros. Sin darnos cuenta estaba el quinteto de nuevo en plena faena.
El cierre de Pain of Salvation y, por tanto, la sexta edición del Be Prog no podían bajar el telón más que con un obra maestra como «The Passing Light of Day». Tan íntimo y personal que te hace sentir como propio, que te llega a las mismas entrañas de tu ser. Que manera de transmitir y de ahogarte en su llanto. La apoteosis como broche final. Después de esta ascesis musical no queda más que recogerse y dejar que el cuerpo digiera lo vivido.
Tal y como empecé la crónica del primer día no queda más que dar las gracias al Be Prog My Friend y Madness Live por traernos de nuevo estas dos fechas señaladas en rojo en el calendario y que, por lo que acabáis de confirmar recientemente, se volverá a repetir en el 2025…..y que sea por muchos años más!