El trío noruego Krokofant regresa con nuevo álbum en este inicio de 2025, tras cuatro años desde su anterior entrega. Integrados por Tom Hasslan (guitarras), Axel Skalstad (batería) y Jørgen Mathisen (saxofón), llevan desde 2011 con una propuesta basada en la fusión de rock progresivo, jazz y, en ocasiones, algunas pinceladas psicodélicas.
Este nuevo artefacto sonoro lleva por título un escueto 6, aludiendo al número de trabajos publicados hasta la fecha. Publicado bajo el sello Is It Jazz? Records, se percibe el mismo refinamiento con el que suelen trabajar sus ideas, pero dándole una vuelta de tuerca a su sonido para alimentar la propuesta con algunas novedades sutiles. Priorizan la improvisación y la creación colectiva, trayendo parte de la magia que tantas bandas de los 70 llegaron a crear. El resultado es un disco instrumental de aproximadamente 45 minutos de duración, distribuido en siete composiciones de cosecha propia.
El disco se inicia con una vibrante pieza titulada «Harry Davidson», donde desde el inicio me recuerdan a algunos pasajes de los primeros King Crimson. Dejan claro su amor por el rock progresivo y el jazz, con un saxofón protagonista que va trazando melodías apasionantes. En «Triple Dad» quizá se adentren en terrenos más progresivos y dinámicos, con claras influencias de la escena Canterbury. Los patrones de la batería son complejos y reclaman un protagonismo comprensible. Mientras tanto, en «Oh My Cod» nos obsequian con una introducción enérgica, para luego dar paso a un diálogo más sosegado entre la batería y la guitarra.
Llamativa resulta la intención de la banda en «Country Doom», donde son capaces de diseñar secciones funk que se entrelazan con el blues, creando una especie de contraste basado en riffs lentos y pesados, al estilo doom metal. Desde luego, se agradecen estas sorpresas. Con «The Ballade» bajan un poco el ritmo para brindarnos una pieza más elegante e introspectiva, experimentando con suaves sonoridades jazz y algunas disonancias. La despedida llega de la mano de «Pretentious Woman», con un ejercicio de virtuosismo y sentimiento que muestra las mayores virtudes de Krokofant. Los patrones complejos siguen coexistiendo con las fabulosas melodías, mientras que hacia el final se desmelenan con solos de guitarra creativos.
La obra fue grabada en los Studio Paradiso de Oslo (Noruega), haciendo uso de técnicas analógicas. La producción también ha buscado la crudeza y la energía de una interpretación en directo, apostando así por liberar este trabajo de cualquier sobreproducción.
En definitiva, 6 es un disco muy disfrutable. La fusión entre rock progresivo y jazz, con claras alusiones a la escena Canterbury, es en manos de Krokofant una propuesta visceral con toques de elegancia. Si bien siempre han mostrado sus inclinaciones musicales hacia estos estilos, para la ocasión han querido añadir algunas novedades para no repetir demasiado la fórmula. Se agradece.
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