Como viene siendo ya habitual desde hace años, Aphonnic reventó de un plumazo el aforo de la Sala Master de Vigo para su show del sábado 22 de marzo. Este barrido obligó a una solución de urgencia añadiendo una nueva fecha para el propio viernes. Un doblete de fin de semana que no hace más que demostrar la tremenda fiebre que generan en su propia ciudad. Jugar en casa no te asegura nada pero en el caso de Aphonnic es sinónimo de sendos sold out.
En cuanto a su último lanzamiento, «Crema», sigue con su espectacular acogida revelando que tras más de 30 años de carrera se encuentran posiblemente en su mejor momento. Ganada y peleada su condición hasta el punto de ser considerados una de las bandas nacionales con mejor directo, además de perfeccionar y pulir más si cabe su propuesta compositiva disco a disco. Y es que cuando parece que agotaron sus recursos vienen con una mochila cargada de nuevas ideas, letras y melodías. Son a oídos del oyente una fuente inagotable de recursos.
Lógicamente Clock & Roll no pudimos faltar a ambas citas, en una rutina que se está convirtiendo en tradición, y de la que trataremos de reflejar la vibrante experiencia de la jornada del sábado. El segundo match ball destacó por su ambiente intenso y salvaje así como por la formación de no pocos pogos, pitch circles y walls of death. No se registraron víctimas mortales y por suerte resistimos airosos a las embestidas.
Su setlist, con leves modificaciones en relación a su pasada gira del 2024, estuvo compuesta por un gran número de temas de su último trabajo «Crema» junto a grandes clásicos e himnos perfectamente conocidos por la fanaticada. La afonía post Aphonnic forma parte del acervo vigués. Desgaste vocal al que me incluyo. En otro orden de cosas, si algo llevo echando en falta desde que tengo uso de razón es algún que otro tema del «6 Bajo Par», un álbum profundo, crudo y excesivamente emotivo guardado, por razones más que obvias, en el cajón de los recuerdos por la propia banda.
A las 23:00 en punto arrancaron con su habitual intro de la película Saw. Uno a uno fueron apareciendo sus miembros, rugiendo motores y reventando sus instrumentos sin miramientos. La cazurrada instrumental ya no cesaría hasta el final. La entrada de Chechu sobre la tarima marca el inicio de «Melodía Antifascista», título que no esconde ni disfraza nada, y que reivindica a Aphonnic como una de las bandas de metal más combativas en el terreno ideológico. «Dulce de Leche» pero sobretodo «KaleboRock&Roll» continuaron la estela reivindicativa. Esta última directa al cuello y a cuchillo.
«Azúcar de Algodón» y «Reproches», pertenecientes a su reciente trabajo, muestran que viven en la eterna juventud. Cabeceos y distorsiones conviven agazapados junto a melodías y coros memorables. Nunca es demasiado pronto para un himno como «Aquellos Maravillosos Años», cantado a pleno pulmón en un emotivo ejercicio de camaradería colectiva. Lo que une la música en los shows de Aphonnic no lo logran ni mil terapias grupales. Por su parte «Globo» y «Necios», ambos de su penúltimo trabajo «La Reina», van ganando con los años peso en su repertorio siendo desde su salida dos cortes fundamentales en directo.
Ensordeciendo la Master sonó al unísono «Amarga Despedida», otro tema que lleva 12 años de escucha masiva e ininterrumpida en salas y que no da muestras de desgaste. Nunca jamás hay agotamiento en sus composiciones sonando fresco en estudio e infatigable en directo. Sin duda, uno de los mejores directos que tenemos en toda la península.
La segunda mitad del show estuvo dominado por la energía y una incombustible dosis de furia gracias, en gran medida, por el extenso repaso de su álbum «Indomables». Entre las elegidas se encontraron «Honrada Avestruz», «Cunfía», «Osos Color Salmón», «Ombligos» y «Cíclopes». Los amantes de este disco, entre los que me encuentro, estábamos de enhorabuena. A pesar de que ahora se muevan en terrenos más sentimentales nadie debe olvidar que cuando se lo proponen su contundencia y groove son letales.
Por otra parte continuaron con la senda de «Crema», un disco que entró en nuestro ranking de discos destacados de todo el año 2024. Con razón y con todos los honores, pues su recepción y las críticas fueron sobresalientes. «Hijo de Dios», «Sin Cicatrices», «Doña Inés», «Truco Trato» y «Caracol en Cuesta» demostraron porque los vigueses son referencia nacional. Letras tan populares como metafóricas se entremezclan con melodías y estribillos pegajosos bajo una base rítmica contundente.
El cierre, como no podía ser de otra forma, vino de la mano del tema más emblemático de Aphonnic como es «Mi Capitán». Toda su esencia más pura para inmortalizar el enésimo himno convertido con los años en patrimonio de la música viguesa. No hay local o evento de la ciudad en que no suene, ni garganta ni corazón que no sienta el significado de este poemario escrito con la sutileza de la pluma de un escribano.
El entusiasmo y la devoción vividos en todos y cada uno de los shows de Aphonnic es algo que, en mis años de vida en salas y conciertos, no recuerdo. Intensidad máxima, conexión grupal, sentimiento de pertenencia junto a unas historias vividas como propias para construir una experiencia única. En resumidas cuentas, Aphonnic son un grito de desahogo en un mundo de injusticias sin resolver. ¡Qué buenos sois cabr*nes!
