En un lejano y remoto viaje desde California, los titanes Vio-Lence se encargaron de transformar este viernes 2 de mayo la Sala Rebullón de Mos en la fructífera escena thrash metal creada entorno a la bahía de San Francisco. Y es que el nombre Vio-Lence y su protagonismo en el boom de los 80s fue total, siendo considerados uno de los seis grandes del thrash metal del Bay Area.
Con semejante peso histórico en nuestras tierras se anticipaba una jornada que atrajera a un buen número de amantes del thrash old school venidos desde diversos puntos de Galicia e incluso de Portugal. Como no, su primera gira en toda su historia por nuestro país corrió a cargo de los incombustibles e infatigables ITP Promotions.
Para hacernos entrar en calor y ofreciendo una propuesta que combina thrash metal, heavy e incluso algo de groove metal, los asturianos Blast Open abrieron la lata con la experiencia que les precede. Curtidos en mil batallas y con una más que digna trayectoria el cuarteto hizo gala de sus tablas sobre el escenario.
Sus protagonistas son el infatigable Nefta, dedicado en cuerpo y alma a la escena underground no solo como cantante y músico sino también como productor, a quien tuvimos en la Vigo Rock Crew Fest VI con Sounds of Silence; junto a él liderando el navío y como ideólogo de la banda, Andrés Fernández a las seis cuerdas. Cierran filas Ton al bajo y Marcos Álvarez a la batería.
Hechas las presentaciones toca ir al meollo. Su arsenal sonoro y la piedra de toque lo encabezó su último trabajo hasta la fecha, «Spitting Blood», un torbellino que se aleja estilísticamente de sus dos trabajos previos. Además, como buenos asturianos, su ADN está impregnado de esa vena aguerrida y de crítica social que tanto los caracteriza. Su procedencia – el corazón de la cuenca minera – lo dice todo al respecto.
De esta forma arrancaron con bravura con «Riding on a Dead Horse» y «Fallen Angel». Las poderosas bases instrumentales y rítmicas encajan hábilmente con la crudeza vocal de Nefta, un tipo con una versatilidad destacable. Tanto maneja growls agudos y secos como guturales oscuros, sin olvidar los rasgados habituales del thrash metal más elemental. Un apartado que ofrece enorme variedad y riqueza.
Los dos únicos temas interpretados que no proceden del álbum anteriormente mencionado son «Invisibles Lines» y «Resurrected», ambos singles del que será su nuevo LP. Todavía se está cocinando a fuego lento así que de momento toca esperar. Lo que sí podemos anticipar por estos dos adelantos es que van a mantener la línea fijada con la llegada de la nueva formación. Nefta será quien se haga cargo además de todo el proceso de producción, mezcla y mastering.
Dichos temas se asientan con firmeza sobre bases thrash metal adaptadas a un sonido moderno junto a líneas melódicas y rítmicas en tropel. En la segunda mitad el show mejoró el sonido general y, por tanto, se potenció la experiencia del directo. El thrash metal debe sonar ensordecedor, nítido y sin huecos y vacíos en sus frecuencias.
Con esta mejoría es lógico que temas como «Cross Hate» o «Pray Without Fear» pusieran en serio peligro los cimientos de la Rebullón. El último cartucho lo dispararon en ráfagas con «Trying to Escape». Estructuras veloces combinadas con una groovera sección rítmica trajeron consigo peligrosos meneos de pescuezo por parte de los asistentes. Con la maquinaria entrando en ebullición fue una pena que no diera tiempo para un par de temas. Show que transcurrió de menos a más.
Semanas atrás ya tuvimos la visita de unos pioneros del groove metal como Exhorder y en esta ocasión tiramos de la lámpara mágica de ITP para pedir otro deseo: los iconos del metal extremo Vio-Lence. Su thrash metal crossoverizado trajo consigo estampidas, bombas de decibelios y movimientos sísmicos a kms a la redonda. Es decir, el caos y la destrucción que lleva indeleble su thrash metal natal.
Junto a la leyenda Sean Killian cruzaron el Atlántico auténticas instituciones del underground y la escena extrema como los guitarristas Ira Black (Metal Church, Dokken, Heathen, I am Morbid, etc) y Claudeous Creamer (Possessed y Sadus), el bajista Jeff Salgado (Psychosomatic) y un joven a los parches Nick Souza, hijo del mítico Zetro Souza, ex vocalista de Exodus. Animales con unas ganas feroces de reventar los escenarios y nuestras cervicales.
Este primer arreón dejó claro a los asistentes que Sean Killian fue quien de conformar un equipo de batallas ganador con Claudeous Creamer y Iran Black a las seis cuerdas. Las estructuras rítmicas agresivas y violentas y la técnica tan endiablada como precisa estuvieron a un nivel magistral. Dos bestias pardas defendiendo una marca institucional con justicia y grandes honores. Sin duda Vio-Lence lo merece.
Como no podía ser de otra forma desempolvaron del baúl de los recuerdos y de manera casi íntegra todo su álbum debut «Eternal Nightmare». Clásicos como «Phobophobia», «Serial Killer» o «Eternal Nightmare» provocaron circle pits entre un público que en su mayoría superaba las 40 castañetas. El secreto de esa eterna juventud tan envidiada es la vida y salud que ofrece el metal extremo a sus acólitos. Que no se diga…
Entre medias hubo espacio para sacar a relucir el tema «Upon Their Cross», procedente de su EP, «Let the World Burn», del año 2022. Aquí se zambullen en coordenadas más lentas y grooveras de inevitable cabeceo, justo antes de cerrar con el clasicazo «World in a World». Masterclass de lo que es hacer thrash de primer nivel en un juego de progresiones y desarrollos sin descanso. El público se vacío y acabó desatado en este último match ball a vida o muerte.
Los norteamericanos reventaron nuestros tímpanos con una auténtica exhibición sin demoras y cortapisas. Así, con humildad y pasión sellaron con toda justicia un legado que difícilmente bandas coetáneas y de su generación pudieron y podrán alcanzar jamás.
Vio-Lence son posiblemente uno de los tapados del thrash metal de la Bay Arena, su discografía corta pero intensa lo testimonia, no así su peso histórico e influencia en toda hornada futura de bandas. Mos vivió, seguramente sin ser conscientes del todo, de la embestida de una de las instituciones del thrash metal.
